Perdida en un rinconcito del cosmos, donde reinaba la paz, el silencio y el amor. Allí se encontraba ella, rodeada de gente que físicamente acababa de conocer, pero reencontrándose con viejas almas amigas. Donde el cariño y el amor impregnaba cada respiración.
Se tumbó en el suelo para escribir en un pergamino aquello de lo que quería deshacerse, aquello que ya no quería en su vida y que deseaba que el fuego quemase. Cuando terminó, escribió lo que quería que entrase y formase parte de su presente.
Después, en silencio, todos caminaron con una vela encendida hacia el mágico fuego.
Alrededor de la hoguera, cubierta con un manto de estrellas y bajo la mirada complice de la luna, se encontró plena.
Mágica escena vista desde el cielo. Cual mandala, el fuego de la hoguera en el centro y un grupo de almas alrededor con una vela en la mano. Hicieron un cantico a la noche, al fuego, al aire, al agua y a la madre tierra. Noche de San Juan!!!
Sintió la fusión con todos los elementos de la naturaleza, se sintió parte del "TODO".
Con su alma y su corazón lleno de amor, de un amor sin fronteras, danzó alrededor del fuego y saltó la hoguera.
El cielo, guiñándole un ojo, le regaló una estrella fugaz.
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