En el viaje que emprendí hace 31 años he tenido momentos y días de todos. Unos más agradables, bellos y armónicos y otros caóticos y con sufrimiento.
Cada día intento tener más conciencia de lo que me ocurre y de mi responsabilidad y elección en ello, pero muchos de esos aspectos aún me quedan en otro nivel de conciencia, aunque cada vez esos acontecimientos me dan un mayor conocimiento de mí y me permiten cuestionarme lo que no quiero ver.
En estos días me han sucedido diferentes hechos que me han permitido darme cuenta de dos cosas, por un lado "que no somos nadie", que nos desequilibramos emocionalmente fácilmente, que enfermamos, y que nos queda mucho camino por recorrer, y por otro lado todo lo contrario "que creamos nuestra realidad", que tenemos un gran poder, y que cada paso es un gran paso.
Llevaba unos días pensando que sentía lejos a unos cuantos amigos, incluido a mi hermano. Lo hablé con Gloria, una de mis mejores amigas, y según iba diciéndoselo mi percepción iba cambiando, y cuando terminamos la conversación ya no sentía lo mismo, excepto con mi hermano.
Mi hermano es una de las personas más importantes en mi vida. Nos llevamos dos años y su presencia en mi vida le da luz. Llevaba un tiempo que lo sentía lejos, no nos habíamos enfadado, no identificaba ningún acontecimiento que me llevase a entender su lejanía. Y tenía claro que era una situación que yo había creado. Empecé a intentar comprender,... y encontré algunos aspectos que no me gustaban y que no le había expresado debido a mi miedo por expresar el enfado.
El enfado es una de las emociones que desde pequeña no se me ha permitido expresar. Se reían de mí cuando me enfadaba y aprendí a no hacerlo. Ahora se, que esas risas venían de sus propios miedos ante una situación de conflicto. Ahora se, que no se reían de mí, y que su intención era relativizar la situación para que volviese a estar como antes.
Me molestaba de mi hermano que no me permitiese expresarle mi amor, que utilizase su humor irónico y negro (tan gracioso y lindo a veces) para defenderse y como coraza, y en el fondo creo que me molestaba de mi hermano que hubiese crecido.
Con todo mi revuelto interior, un día, fui a decirle lo que me molestaba, pero claro sin todavía saber hacerlo bien, y bueno... Por la noche empecé a notar molestias en mi garganta. Al día siguiente sensación de fiebre. Conclusión: 3 días de fiebre y una tos agarrada al pecho que açu hoy, más de una semana después, no me ha desaparecido.
Pero es más, todos los años, para reyes, hacemos el amigo invisible en casa. Lo hacemos de un año para otro. Este año, yo no recordaba bien quien me había tocado, pero finalmente pensé que lo tenía claro. Me equivocaba. Me había tocado mi hermano y lo había olvidado.
Me ha hecho mucho que pensar. ¿Qué significa todo esto? Me doy cuenta de la enorme importancia de estar en el presente y de tomar conciencia de nuestras emociones, que tienen una inmensa importancia en cómo nos relacionamos y en lo que nos ocurre en nuestro día. Y una vez que sabemos cómo nos sentimos relacionarnos desde ahí. Tener claro que las emociones son nuestras, no del otro, y expresarlas sin herir. Todas son buenas, es nuestro sentir. Y saber que las podemos modificar modificando nuestros pensamientos, los cuales las crean. Nuestros pensamientos crean nuestro día.
Gracias Luise, por haberme facilitado esta experiencia. Me ha permitido parar y ver las cosas de otra manera. Te quiero.
2 comentarios:
Ana estoy perdida
Hola Caro.
Te comunico que me encanta tu blog me ha entrado a la primera -que no es frecuente-.
Con tu permiso comento sobre este artículo.
Tengo muy claro que la vida en si misma es el cumulo de todas las experiencias que vivimos, nos sean agradables o no. Todo nos enseña algo y nos muestra un camino y por otro lado tenemos total libertad de decidir y seleccionar los caminos que queremos seguir en cada momento de nuestra vida. A eso lo llamo libertad y poder personal.
En mi caso, mi hermano y yo realmente lleguemos a una relación bonita, hace poco "un año y medio". Me tire muchos años de mi vida pensando que él era quién hacia de nuestra relación una batalla constante y un retarse. Hasta que me tuve que reconocer mi parte de implicación en la historia y eso duele al ego (claro está).
La lección que aprendí fue que, hay que aceptar la parte de implicación de uno mismo en cualquier relación. Por lo tanto el primer paso siempre es reconocerse a uno mismo en relación con la otra persona. Y como no, para eso hay que remover la historia personal y lo que vulgarmente llamamos el basurero personal.
Cuando uno remueve y acepta, quiere decir que esta llamando a un cambio personal (osea se esta sanando). Esto no quiere decir que la otra persona se lleve a ese cambio, pero sí que lo notará en la imagen que proyecta de tí.
Cuando se lleva a estas experiencias, esta clarisímo que esta cambiando la visión de sí mismo y de la vida que quiere vivir sanamente y en armonía.
Así lo vivo y así te lo he expresado.
Besos y ánimo guerrera.
Por todas mis relaciones
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