Mente original

Mente original

martes, 16 de noviembre de 2010

La mariposa


Se dice que un hombre encontró un capullo de mariposa y se lo llevó a casa para poder ver cómo nacía. Un día se dio cuenta de que había un pequeño orificio en el capullo y, entonces, se sentó a observar durante varias horas como la mariposa luchaba para poder salir de allí.El hombre vio cómo se esforzaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio hasta que, en determinado momento, le pareció que ya no progresaba en su intento. Tuvo la sensación de que había quedado atrapada. Entonces, el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y, con unas tijeras pequeñas, hizo un corte al lado del orificio para hacerlo mayor y facilitarle la salida.Así fue como la mariposa salió, pero tenía el cuerpo muy hinchado y las alas pequeñas y dobladas.El hombre continuó observando, esperando que, en cualquier momento, las alas se desdoblasen y crecieran lo suficiente para soportar el peso del cuerpo que se contraería y deshincharía. Nada de esto sucedió, y la mariposa sólo podía arrastrase en círculos con su cuerpo deformado y las alas dobladas. Nunca llegó a volar. Lo que en su ignorancia no entendió el hombre-salvador, era que la restricción de la obertura del capullo y la lucha de la mariposa por salir a través del agujero diminuto, era la forma mediante la que la naturaleza forzaba a los fluidos de su cuerpo a ir hacia las alas a fin de que se hicieran grandes y fuertes para volar.La libertad y el vuelo sólo llegan después de la lucha y el hombre al privar a la mariposa de su lucha, también la privó de su libertad y de su vuelo.

¿Qué te viene cuando lo lees?

Quizá ya habías leído este cuento, cuya ENSEÑANZA es muy significativa y el mensaje muy claro.

Pero también se puede ver desde otro punto de vista.

Aquí no tiene porqué acabar todo, así que en una entrevista con la mariposa para saber el final de la historia, ella cuenta:

- Al principio fue muy duro. Sabía que estaba condenada a morir en unas horas, como máximo unos días, puesto que sería incapaz de alimentarme como todas las demás mariposas. Recuerdo que era por la tarde cuando salí del capullo y no creía, sinceramente, que volvería a ver el Sol después de esa noche. Pensé que lo mejor sería cerrar los ojos y dormir. Al no tener alas y no poder desplegarlas, sería fácil presa para cualquier pajarillo o araña hambrientos. Y eso hice, a fin de suicidarme. Al cabo de un rato, escuché ruidos cerca de mí. Abrí los ojos y vi otras mariposas sin alas, alimentándose de hojas caídas allí, en el suelo, a mi lado. Eran polillas, según me explicaron, y parecían saciarse con aquel alimento. Probé. Me sacié. Vi amanecer, y luego anochecer de nuevo. Me integré en el grupo de las polillas y así, día tras día, conseguí sobrevivir. Nunca pude volar, pero sí tuve la oportunidad de conocer otra forma de vida, otras plantas, otros alimentos, que en mi existencia como mariposa no habría conocido. Mereció la pena.

¿Y tú cómo lo ves?

...

Con lo q esta historia conecta conmigo es como a veces soy impaciente tanto conmigo como con los demás, como quiero que aprendan las cosas, que se den cuenta de las cosas antes de lo que estan preparados o como yo me exijo y si no camino más rapido es que no quiero caminar más rapido. Es realmente un acto de amor, tanto el que hago yo como el que hace el otro, cada uno a su ritmo y a su manera aunque haya sufrimiento pero hacer otra cosa quizás es más doloroso.

También me conecta con lo que a veces hacemos los padres, los educadores, los terapeutas, etc. Pero en cualquier caso, hacemos lo mejor que sabemos hacer. En ambos apartados me parece que son "actos de amor". Además en el segundo final hay un punto importante para mí, y es cómo la mariposa se responsabiliza de su vida y la acepta y afronta. El otro puede hacer lo que quiera, pero, ¿cómo lo vivo yo?


"Danza del corazón". Lisa Gerrard Sanvean

:::
Uno, Todo, Fusión, Belleza, Armonía, Amor, Naturaleza, Agua, Danza, Corazón, Mágia, Luz, Fluir, Soltar, Ser, Conexión....